Semana 5
- Ingrid López Maldonado
- 24 abr 2022
- 2 Min. de lectura
Hola que tal, la 5a semana fue bastante chulesca ya que por fin me mudé.
Mi compañero de piso es chef, se llama Christian y tiene una novia muy maja (a día de hoy no recuerdo su nombre y ya se hace incómodo tener que preguntar), Kevin es el otro compañero de piso, es majete pero al parecer cuando mea lo hace con los ojos cerrados y es bastante desagradable tener que ir al baño porque hay que limpiarlo absolutamente siempre antes. Por esa razón les estoy gastando el líquido azul que me he encontrado en el baño, pero bueno, mi culpa no es.

- Yo en mi nueva casa (por cierto, las sábanas bastante chulescas) -

- Mi ventana súper fantástica que me permite cotillear a los vecinos (en mi casa no tengo una en mi cuarto) -
Mi primera lavadora fue fantásticamente colorida, teñí no una, ni dos, ni tres, tres toallas blancas de la casa de color rosa, no rosita, rosa. Pero bueno al chico le dio completamente igual así que seguí con mi vida.

- Pruebas del delito -
Esa misma semana tuve la maravillosa idea de comprarme una bici porque el bus es extremadamente caro, eso sí, obviamente sin pensar en que el camino del trabajo a la casa es una hora entera de TODO cuesta arriba exageradamente. Pues nada, a partir de ese día, todos los días son días de pierna.
Para que os hagáis a la idea de cómo es la cuesta: tardo 40 min en llegar a la casa en bici, pero tardo 15 minutos para llegar al trabajo jajajja flying.

- Yo con mi bici nueva de 50 eureles -

- Yo rojísima después de 40 minutos de cuesta -
Para despedir esa semana fui con Veronica a una catedral muy bonita y enseñé a Giovanni a que las siestas son fenomenales.

- Una catedral en su máximo esplendor -
Dato curiosón de la catedral: habían carteles diciendo que había un laberinto en esa catedral y era literalmente un espiral de menos de 10 metros hecho con césped xd.

- Giovanni y la siesta -
Y hasta aquí la semanita.
Muy entretenido, mi parte favorita ha sido cuando cuentas que has teñido no una, ni dos, ni tres, tres toallas de rosa.
Un saludo